Parte de guerra…

Como resultado de una semana de caos total en todos los terrenos: ir y venir de declaraciones cruzadas vía whastapp con un ex, rotura de una cañería que me ha dejado 4 días sin agua y la sensación de “nadie me quiere” y “¿qué coño hago en Madrid?” o “si lo sé no vengo” han hecho que frene mi capacidad creativa y se incremente mi angustia vital….

Para empezar por el principio, diré que la semana pasada empezó sin novedades, a buen ritmo y con un estado de ánimo estupendo… ¡Parecía el resurgir del Ave Fénix! (en plan Rubita Gallega). Y ya me parecía raro a mí tanta tranquilidad.

Pero todo empezó a truncarse y a caer en picado haciendo honor al  dicho “las desgracias nunca vienen solas”, “a perro flaco todo son pulgas” y yo pensando “No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista”… ¡Joder… que semanita por Dios! Y es que no podía ir peor…

Y para continuar la racha, hoy no ha empezado mejor la semana: 45 minutos de caravana inexplicable desde la A6 hasta el km 72 de la M-50, ¡Y todo por una bruma densa de nada! (no sabéis conducir con nieve, no sabéis conducir con lluvia y obviamente tampoco con niebla… anda que…) Yo no sé para que os hacen autovías de 4 carriles si parecía una caravana de operación salida… ¡Pero si era una niebla de na! ¡Cómo se nota que no conocéis la bruma matinal en un monte gallego!

Y cuando por fin llego a mi destino … aparece un mensaje “Avería en el motor, por favor, acuda a taller” ¿Pero qué narices pasa? ¿Se han conjurado los astros para hacer un” Febrero/ Marzo TOTAL BLACK” y hundir a la Rubita Gallega? ¡Un poquito de compasión que no tengo más que 2 manos, dos niñas y una familia a 600 km!

La Rubita está agotada… Y no por salir de fiesta ni por haber trabajado en exceso, sino por la acumulación de problemas en cadena que no hay manera de parar. ¡Y  si no es por mis amigos… me corto las venas! (de momento creo que las voy a llevar largas…)

El Viernes estuve  a punto de publicar un post, pero gracias a Dios no lo hice. De haber publicado lo que tenía escrito en borrador… No hubiera dejado títere con cabeza!! (estoy recordando a Luís XVI… no hubo perdón ni para su amada Ana Bolena)

Todo este caos, empezó con la rotura de una cañería que me dejó la casa con menos agua que un charco en el Desierto del Sahara… No tenía ni para un vaso de agua… genial, esta semana me he hinchado a cervezas, cocacolas y algún Ribera del Duero, porque agua no era posible…(parecía un anuncio de Dodot: Ni gota, ni gota,ni gota,ni gota…con Dodotis…Ni gota, ni gota…) y mis peques tuvieron que emigrar, pues era complicado vivir en una casa donde no puedes ni cepillarte los dientes, ni ducharte ni “lo más elemental” (creo que entendéis el concepto).

No era el fin del mundo, pero se le aproxima bastante (porque vamos… uno no sabe lo necesario que es algo hasta que no lo tiene) y aunque mis hijas estaban cubiertas por la familia política, desde luego que a la Rubita no le ofrecieron ni un vaso de agua…”Al enemigo ni agua y en el desierto polvorones” ¡Ay que joderse… te vienes aquí por la familia y cuando tu marido te abandona, ellos también van en el lote! (debe ser eso que llaman “Daños colaterales”)

 Lo bueno es que ahora puedo darme cuenta de quién esperar algo y de quién no esperar nada… Como lección ha sido ejemplar.

A mí, mis padres desde pequeñita me enseñaron que un vaso de agua y un trozo de pan, no se le niega a nadie.

Pues tuve que recurrir a los vecinos y amigos para poder darme una ducha, para lavar la ropa y para que me ayudasen con la avería… ¡Joder, menos mal que son lo único que tenía!

Para más INRI, vino un fontanero a casa, vino el Técnico del Canal de Isabel II (dos veces) volvió a venir el fontanero, vino un amigo arquitecto… ¡vamos que menos quién debía ayudar,  acudió todo el mundo! ¡me he pegado un curso intensivo de fontanería que ni CCC!  Quizás no necesitaba que viniera nadie, quizás me conformaba con que hubiese mostrado interés por mi situación… ¡la palabra “abandono” en toda su extensión!

Lo cierto es que la mala racha de problemas hace que una quiera rendirse, tirar la toalla y salir corriendo a llorar en brazos de mamá (lo he pensado muchas veces) ¡Que seguro que me entiende! Pero estoy segura que mi madre espera que sea fuerte y luchadora, que demuestre lo que valgo y que si hay que recurrir a un amigo o a un vecino… ¡Pues no queda otra!

Para eso tengo canciones que me motivan a seguir adelante y a no rendirme aunque me nieguen lo más elemental…«Espero a que sople el viento a favor»

Que un enemigo (supongo que  me considera así…yo ya no entiendo nada) no quiera darte un vaso de agua, ni prestarte su ayuda, no me hace más débil, ni me hace tonta, me hará más fuerte y luchadora.

Lo más doloroso es que hay momentos en los que una ya no sabe si es mejor retirarse del campo de batalla, si dejar de insistir y dar por perdida esta guerra, donde claramente ganan los que no tienen sentimientos ni conciencia.

Yo no quiero rendirme, ni correr a Galicia con “el rabo entre las piernas” (se supone que el enemigo espera que no tenga valor para quedarme) pero tengo más valor que alguno (que sí va a las verdaderas guerras y que levanta un fusil) que piensa que si me humilla gana, que piensa que si me odia vence, que si me ignora triunfa…  Lo que no me mata…Me hará más fuerte. ¡Palabrita de Rubia Gallega!