El amor es otra cosa.

 

El amor no es sólo sexo, el amor no es sólo amor… es tantas cosas a la vez que resulta difícil describirlo.

Durante casi 2 años se me ha dado bastante bien describir situaciones, hechos, tipos de mujeres y tipos de hombres, relaciones…

Seguramente lo describí tan bien,  porque no tenía nada que ver con el amor.

El esperar 3 horas a que te contesten un mensaje, no es amor, como tampoco lo es el “te quiero para un rato” y pasado ese rato, ya no me acuerdo de tu nombre. “Tengo mucho lío”, tampoco es amor.

Dejar de lado tus principios, para seguir las “normas no escritas”  de las relaciones de hoy en día,  no es amor. Es supervivencia pura y dura.

Tenían razón: El amor es otra cosa.

El amor tal y como lo conocemos o como lo imaginamos,  no dista mucho de las canciones o de las películas.  Aunque creáis que no,  es verdad.

¿Acaso creéis que Shakespeare  es conocido por escribir crónicas de guerra? No, señores…

Todos buscamos a alguien con quién “Romeo y Julieta” tenga sentido.

Os aseguro que hasta la canción más ñoña del mundo, recoge a la perfección lo que uno siente cuando está enamorado o en fase de “perder el norte”.

Aceptemos entonces, que el amor produce una “enajenación mental” (normalmente transitoria) que sin saber por qué, nos coloca en un estado de vulnerabilidad máxima.

Cuando estás enamorada no importa la hora ni el día en el que vives… los martes se convierten en sábado y las 2 de la mañana es una hora normal para seguir hablando (de nada)  aunque te levantes a las 6 de la mañana para empezar tu jornada.

El amor hace que te gusten cosas que antes no te gustaban… que tu felicidad sea constante a pesar de que te hayan puesto una multa de tráfico o se te haya roto la lavadora…Te da igual, tú estás enamorada.

Pues bien, por una vez en mucho tiempo me preguntó  a mí misma ¿Por qué necesito amor? (Mi amigo el psicólogo argentino hubiera tachado de tara mental “necesitar” para sentirse completo) Como si uno mismo no bastase para hacerse feliz.

Yo creo que no basta. Que uno puede reproducir casi cualquier emoción, pero el amor es “inimitable”, está o no está… Y nada se compara a la maravillosa sensación de sentirse amado, esa necesidad de expresar todo lo que llevas dentro.

El amor es otra cosa… El amor lo es casi todo.

Ahora me acuerdo de todas esas cosas que escribí, de todas las historias raras que me han pasado o que me han contado, de los “idiotas” que se cruzaron en mi camino y no sé por qué no los atropellé… En lugar de eso me estampé contra un montón de mentiras y practiqué eso que llaman “derecho a roce”.

Y no, en ninguna de las ocasiones sentí algo parecido al amor, algo parecido al cariño o algo de romanticismo.

Podemos fingir un orgasmo y del mismo modo fingir un interés o simular una mirada tierna… Podemos fingir, pero sentirlo es muy distinto.

Y como ya era ultra-mega-super complicado sobrevivir a las relaciones sin amor, una se pregunta si podría sobrevivir a relaciones amorosas.

Cuando uno ama, por suerte o por desgracia pierde el control… Y ahora comprendo el porqué de muchas cosas, entre ellas esas ganas de salir corriendo antes de que el amor te atrape… evitar sufrir cueste lo que cueste.

Pero a pesar de todo,  veo a mis amigas solteras (algunas de ellas ya han encontrado pareja) y las veo felices, tranquilas… pero idiotas perdidas.

Capaces de casi cualquier cosa para pasar una hora con ese chico que les quita el sueño, capaces de sacrificar sus costumbres o su estilo de vida para adaptarse al otro y en el fondo, para qué engañarnos…tremendamente felices y encantadas de hacerlo.

No quiero ser “pájaro de mal agüero” pero en el fondo pienso si yo podría sobrevivir a eso… a sentir la necesidad  (suena fatal… pero es así, necesitas verlo, hablarle, tocarle…) de estar con alguien, desear que llegue el fin de semana sólo para poder verlo o desnudar el alma para decirle a esa persona lo mucho que la quiero.

Al final es verdad, el sexo es sólo sexo…Una necesidad, a fin de cuentas es un divertimento.

Pero el amor es otra cosa: es la entrega absoluta de tu voluntad, de tu pensamiento, de tu tiempo… Cuando uno ama, no puede amar “a medias”. Y ni siquiera lo haces porque el otro te lo pida, es que no puedes evitar hacerlo.

El amor es  un salto al vacío en el que no sabes si hay red que te sostenga…Te lanzas y piensas “Que sea lo que Dios quiera”.

No tengo claro que yo pueda saltar al vacío a estas alturas de mi vida… Supongo que todos pensamos en si estamos dispuestos  o no,  a sobrevivir a otro desastre sentimental. Después de mi experiencia vital ¿Quién es el loco que se arriesga?

Y lo confieso:

 Admiro el valor de todos aquellos que salen a la calle sin miedo a enamorarse (y van… y aman).