¿Me seguirás queriendo?

Pregunta complicada. La respuesta no siempre es la esperada, ni siquiera a veces es sincera… “Para toda la vida” es  mucho tiempo ¿no?

Las parejas empiezan su relación con la absurda idea “de comer perdices”, con la promesa de cuento infantil “felices para siempre”.

Por desgracia, la sociedad moderna nos indica que la monogamia, la media naranja o el amor para toda la vida son conceptos del siglo pasado…

Y ciertamente, así es.

Nuestros padres, abuelos y cualquier matrimonio que se haya fraguado antes de 1981 (año en el que entra en vigor la Ley del Divorcio en España)  probablemente crean que el amor debería durar toda la vida, con todas sus consecuencias. Tampoco justifico las uniones vitalicias a cualquier precio, faltaría más.

Muchos se preguntan si su relación podría superar todas y cada una de las crisis que inevitablemente están por llegar, pues con cada nueva etapa en una relación siempre hay un punto de inflexión en el que nos replanteamos si esa persona merece o no la pena.

Esta pregunta deberíamos hacerla todos a nuestras respectivas parejas… Porque aunque no queramos pensar en el futuro,  el futuro por norma, siempre llega.

Me pregunto muchas veces si me seguirás queriendo cuando descubras todos mis defectos. Y te anticipo que son muchos. Soy un verdadero desastre…

Y por supuesto que los primeros años siempre son  novedad y siempre guardamos las formas, pero con el tiempo nos relajamos en el sentido total de la palabra.

¿Me seguirás queriendo  cuando no reconozcas en mi cara mi tierna juventud? ¿Cuándo no quiera estar contigo todo el rato y prefiera un café con mis amigas o cuando tener sexo no sea una prioridad en nuestra relación?

¿Me querrás de la misma manera cuando esté deprimida por la crisis de los 40? ¿Soportarás mis tonterías cuando llegue la menopausia y no me reconozca ni yo?

Dime… ¿De verdad vas a quererme para toda la vida?

¿Me seguirás queriendo cuando pasen muchos años y no tengamos ninguno de los dos la misma ilusión que cuando esto empezó?

¿Me seguirás queriendo a pesar de mis errores, de mis malos modos o mi  mal humor?

A pesar de todo ¿Me seguirías queriendo?

La típica frase “a las duras y a las maduras” nos indica que hay que permanecer unidos pase lo que pase, cuando alguno de los dos no se encuentre bien ya sea física o psicológicamente…. Nos dicen los refranes que “cuando el dinero falta, el amor salta por la ventana” y yo me pregunto… ¿Me seguirás queriendo cuando no tenga nada?

Lo bonito sería creer que  las parejas lo superan todo,  que el amor lo puede todo y que siempre es incondicional.

Todos sabemos que eso es mentira…

He visto parejas que han superado miles de obstáculos y se les ve felices, en cambio otras no han superado ni una gripe juntos. Y se supone que sufrimos un resfriado cada invierno ¿no?

Soy consciente de la constante evolución de las personas  y de las variaciones que puede sufrir su personalidad a lo largo de toda una vida marital…

Pero a pesar de todo, se quieren y se respetan…. Y se aceptan como son porque saben que las relaciones de pareja son un reto,  que hay que aprender a negociar, que a veces hay que perder, mantenerse callada para finalmente en cualquier otro momento ganar.

Así que en este punto y haciendo un pequeño repaso de las parejas que veo a mi alrededor, me pregunto si realmente estamos diseñados para “soportar” a nuestras parejas “hasta que la muerte nos separe”.

Mi experiencia me dice que a veces la cuestión no es “soportar”, la cuestión es aprender a querer al otro como puedes (no cómo el otro quiere que le quieras) y de la misma forma asumir que nuestras parejas nunca han sido ni nunca serán perfectas…

Nosotros mismos somos un ejemplo de la imperfección y no debemos exigir lo que no podemos dar.

Pero este post viene a reflejar que más de una vez nos preguntamos si pase lo que pase nos seguirán queriendo igual.

Si tuviese que dar una respuesta a esa pregunta, estoy segura de lo que sí me gustaría contestar.  Y es que a pesar de todo  lo querré igual.

Que voy a quererle a pesar de nuestras discusiones, de sus manías, de todas sus rarezas y sus contradicciones… Aunque ponerse de acuerdo sea toda una hazaña, aunque se equivoque, aunque se rinda… No sé si todo el tiempo, si a todas horas o cada día, lo que sí quiero es un amor para toda la vida.